30/Marzo/2012 Santo Domingo, República
Dominicana._ Los grandes desafíos de la
agropecuaria dominicana son contribuir a la seguridad alimentaria, a la
creación de empleo e ingresos para la población rural, generación de
divisas y provisión de servicios ambientales, los que se podrán superar
impulsando los objetivos definidos en la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de
Desarrollo.
La afirmación es
del ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, ingeniero Temístocles
Montás, quien dijo que esa estrategia, en el sector agropecuario, se propone
“elevar la productividad, competitividad y sostenibilidad ambiental y
financiera de las cadenas agro productivas, a fin de contribuir a la seguridad
alimentaria, aprovechar el potencial exportador y generar empleo e ingresos
para la población rural”. Al pronunciar un discurso este jueves durante la “Reunión Latinoamericana sobre Financiamiento Agrícola” donde se abordó el tema “Fortaleciendo los Sistemas Rurales frente a los Actuales Desafíos del Desarrollo Agrícola Latinoamericano”, Montás destacó que en la Estrategia se formula el compromiso de definir, aprobar e implementar “la reforma de los marcos legales e institucionales relativos al sector agropecuario y forestal a fin de impulsar su transformación productiva” en un plazo no mayor de tres años.
Explicó que ese objetivo es importante para superar la realidad de que hoy en el sector agropecuario forestal “están vinculadas de forma directa 15 instituciones y la mayor parte de la normativa fue emitida durante las décadas del 50 y 60 (del siglo pasado) reflejando paradigmas de política agropecuaria muchas veces no adecuados para las exigencias de los tiempos actuales”.
Otro compromiso para impulsar la agropecuaria entre este año y el 2030 se refiere a la necesidad de diseñar, aprobar y ejecutar “el marco normativo y la arquitectura institucional requerida para el desarrollo de mecanismos que aseguren el financiamiento a largo plazo de inversiones productivas y a las exportaciones, así como el acceso al crédito a los sectores productivos tradicionalmente excluidos del sistema financiero formal”.
Una nota informativa de la Unidad de Comunicación del Ministerio de Economía dice que durante su discurso, Montás afirmó que actualmente la agricultura dominicana se caracteriza por “la coexistencia de una estructura productiva dual, donde hay un predominio de la pequeña propiedad, la cual representó el 81% de los productores y ocupaba el 21.5% de la superficie censada en 1998 con predios menores de 100 tareas, (equivalente a 6.3 hectáreas) y con niveles tecnológicos de mediano a bajo”.
Explicó que el uso de niveles tecnológicos altos corresponden a los grandes productores, que representaban el 3.6% del total de productores en 1998.
En materia de crédito, el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo señaló que en el país se presentan problemas similares a los existentes en América Latina donde impera “un crédito rural y agropecuario que compite con el crédito al consumo, hipotecario y corporativo, al tiempo que presenta características muy distintas en materia de riesgo”.
Con esa característica, Montás informó que la participación del crédito agropecuario en el crédito total bajó de 11% en 1990 a 3.75% en 2011.
“A esta situación se agrega que la banca privada se enfoca principalmente en créditos para la pignoración de productos agrícolas, mientras que su contribución a actividades de producción agrícola ha sido limitada”.
Dijo que parte de las razones de ese comportamiento es el alto nivel de riesgo que representa la producción agropecuaria debido a la variabilidad climática y exposición a eventos extremos y al bajo nivel de titularización de tierra de los productores agropecuarios.
Agregó que pese a que en Republica Dominicana se creó la empresa Aseguradora Agropecuaria Dominicana en el 2002 y sus actividades han ido en aumento, aun su radio de acción es limitado, lo que se explica porque en el 2010 se emitieron 16,830 pólizas de seguros a igual números de productores por un monto de RD$4,528.4 millones, aproximadamente US$125 millones, cubriendo una superficie de 409,718 tareas, que es menos de 2% de la superficie explotada.
En relación con la situación social en el campo, Montás afirmó que es el que tiene la mayor incidencia de la pobreza, “alcanzando el 46.1% de la población rural frente a un 25.9% de la población urbana. Mientras que la indigencia o pobreza extrema asciende a 15.5% de la población rural versus un 5.8% de la población urbana”.
Montás manifestó que ante esa realidad, el gobierno ha hecho un gran esfuerzo en expandir la cobertura de los programas sociales en la zona rural, lo que se evidencia en el hecho de que a octubre del 2011, “el 25% de los hogares rurales era beneficiario del Programa Solidaridad de Transferencias Condicionadas y el 26% de la población rural tiene acceso al Seguro Familiar de Salud en el régimen Subsidiado”.
Montás dijo que ante los desafíos actuales en la agropecuaria, “se impone la necesidad de promover la creación de mecanismos asociativos que permitan a los pequeños y medianos productores articularse a cadenas productivas agrícolas y forestales que puedan generar mayor valor agregado y ser más competitivas para poder integrarse eficientemente en los mercados local y global”.
El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo recordó que la agropecuaria era una actividad pujante en la economía dominicana al grado de que en 1970, “la agropecuaria representaba el 23.3% del PIB y el 54.9% del empleo. En contraste en el 2010, la agropecuaria representó 8.3% del PIB y 14.2% del empleo”.
Expresó que “esta pérdida tan drástica de importancia relativa está vinculada esencialmente a la pérdida de gravitación de la agricultura, ya que la reducción del peso de la pecuaria, la silvicultura y la pesca ha sido relativamente menos drástica, actividades que pasaron de representar el 7.6% del PIB en 1970, a representar 4.6% del PIB. Por el contrario, la agricultura pasó de 15.7% del PIB en el 1970 a 4% en 2010”.
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